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¿Deseas dejar huellas sanas en las personas? Perdona.
![]() Recuerdo aquella vez, entre una de las tantas paradas que hago en el centro comercial El Recreo y donde me tocó dejar mi moto, como tantas veces en el estacionamiento, pero ese día de mayo fue crucial. Ese día me robaron los espejos retrovisores. Fue una experiencia que aún recuerdo claramente porque los sentimientos que viví no fueron nada buenos, durante dos días estuve envenenado ante tanta impotencia consolidada. Sabía que en unos días más tendría que regresar al mismo centro comercial y tenía que seguir estacionando la moto donde únicamente lo podía hacer y como si fuera poco, seguir pagándole a la misma persona que había cometido semejante crimen. Fue precisamente durante ese primer día de haber sido robado que estuve pensando y preguntándome ¿qué pasará cuando nuevamente me encuentre con esa persona? Tenía todas las ganas, motivos y razones estudiadas de vengarme, aunque fuera a través de una golpiza. Sentía que se lo merecía, sentía que bajo ninguna circunstancia no debía querer otra cosa que no fuera justicia, porque ese individuo me había robado.
Al tercer día me toca parar otra vez la moto en el mismo lugar y a sabiendas de que cuando lo viera lo iba a encarar de cierta buena manera y le iba a hablar incluyendo el pedir disculpa, esperé, y justo cuando iba a hablarle el individuo con antelación se me acerca y me dice: “Brother, necesito hablar contigo, te quiero pedir disculpa, Dios no me ha dejado en paz, lo que hice está mal, quiero entregarte tu espejos, yo los tengo, perdóname de verdad, perdóname, yo no era así y quiero cambiar, perdona”. Mis ojos, mis oídos y todo mi ser no podían crecer lo que estaba pasando. Sorprendido y con mis ojos aguados en lágrimas, sabía que Dios escuchaba mi corazón y me lo entregaba limpio y sano en donde ahora existía la compasión y amor hacia esa persona. Esa persona término abrazada conmigo, me devolvió los retrovisores y escucho lo que yo tenía que decirle también. Hoy te quiero decir mi querido lector, hasta que realmente no aprendas a perdonar, no podrás tener un desligamiento del rencor hacia las personas que nos hicieron daño y lo peor aún, que mientras no lo hagas, esa suma de ligaduras vinculadas a resentimientos con cada una de esas personas en el pasado, van a tener repercusión en el presente y futuro. Son heridas no sanas, es como una llaga abierta constantemente, que cada vez que pasa algo se abre más, no hay sanidad y no nos deja caminar bien de alguna manera. Es lo que llamo la gestación de la amargura que te carcome y no te deja vivir, al menos no como deberías vivir. ¿Existe en tu vida dolor, rabia, frustración (y ojalá que no), amargura? su causa más probable es que sea la falta de perdón. @siddinv |
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