Matrimonio sólido, hijos sólidos.

Una familia es el pacto de amor que hace  un hombre y una mujer delante de Dios hasta que la  muerte los separe. Es decir, que esta, la familia,  comienza desde la unión de estos dos seres en matrimonio.  Los hijos es la multiplicación de ese amor, el fruto sagrado que viene directamente del Cielo para ser formados e instruidos por sus progenitores.

Los padres son el nido en el hogar, donde “el polluelo” crece, hasta que pueda volar por sí solo. Y este no es cualquier nido, este es un trabajo de dos: Una madre  que mese la cuna mientras forma una nación, y un padre que ofrece identidad, provisión y protección  a la criatura. No es un trabajo de uno solo.

El polluelo solo puede mantenerse vivo cuando estos dos se aman.

No hay algo tan gratificante  para los niños, saber que sus padres se aman.  

Los primeros años de vida del ser humano son unos de los más importantes en su formación. En estas edades los niños aprenden el concepto de quienes son, afirman su identidad y sus valores. Estos años son los que definen la seguridad emocional de la persona.  

La seguridad de  los niños la fortalecen los padres.   

¿Cómo lo hacen? 

Cuando un niño sabe que sus padres se aman, están seguros de que no se les abandonará, que se les va a proteger. En ellos hay un dialogo interno: si papá cuida a mi madre, lo hará conmigo;  si mamá respeta a mi padre, me cuidará a mí. 

Esta clase de niños, los seguros emocionalmente, son los que no vacilan ante las cosas de la vida, los que no comprometen los principios establecidos en casa. No se deja pisotear de los demás y tiene una idea clara de quién es Dios.  

En cambio cuando un niño “padece” de padres que  NO se aman, es tímido. Es un niño inseguro, todo le da miedo, y siempre pasa “detrás de las faldas de la mamá”. Es un niño que se deja llevar por lo que los demás hacen.  Y cuando crecen, son las personas más inseguras e indecisas.  

Es por ello que los padres deben ser intencionales al mostrarle a su hijo que se le ama cuando aman a su conyugue. Bese a su esposa o esposo delante de sus hijos, abrácela, dígale palabras buenas. Cuando el niño se porte mal con alguno de los padres, exíjale al pequeño respeto por su conyugue. Recuerde que su hijo se irá algún día de casa, pero su conyugue estará con usted hasta que Dios lo permita. 

Padres que se dan afecto, es la cura para los niños que quieren ser el centro de la casa. Ellos deben entender que como conyugues, su amor debe ser más fuerte entre ustedes, y que ese sólido amor se reflejará en la formación que se les da a ellos. Recuerden que ustedes son el modelo a seguir para los pequeños, cuando ellos tengan su propia familia, han de reproducir su propio modelo.  

Así que hoy es un buen día de estar con su conyugue y decirle a su hijo Te Amo, igualmente a su pareja, Yo soy tuya(o)  y tu eres Mío(a). 

*Yorledis Guerra es docente, misionera, músico y escritora colombiana.

Contáctala a través de:
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Teléfono: (+57) 312 667 2883


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